lunes, 23 de mayo de 2011

INCOHERENCIAS REELECCIONISTAS


¿Reelección de diputados?

Ing. Donald J. Muñoz C.

Director Ejecutivo

Asociación Cívica por la Democracia


Cuando leí el artículo “Reelección de diputados”, escrito por Eduardo Enríquez (http://www.laprensa.com.ni/2011/05/07/opinion/59777) me dejo un mal sabor de boca, al punto de replantearme si estoy haciendo lo correcto desde mi realidad como ciudadano organizado.

No creo que el sistema político sea inmaduro, por el contrario creo que se ha definido de una manera asertiva de parte de los “actores”, que manejan los hilos del sistema de partidos políticos, porque aquí hay que estar claros, que este, es el que controla el sistema político actual, el cual se ha caracterizado por la dependencia externa y por gobiernos personales que siempre han estado por encima de la ley, lo que ha dado lugar al caudillismo, al clientelismo político y a la corrupción. En consecuencia, la sociedad nicaragüense entra en el siglo XXI bajo condiciones internas adversas para la construcción de un Estado moderno y democrático.

Esto me deja en incertidumbre sobre la aseveración de que en Nicaragua existe un proceso de gobernabilidad legal pero ilegitimo (tratando de ser conservador con mi opinión), esto a través de acuerdos o pactos entre las fuerzas políticas mayoritarias en el país, en los que se reparten el poder, luego transforman los acuerdos pactados en normas y los introducen en la Constitución Política a través de reformas, logrando así un fortalecimiento personal en el plano político y económico. Por ello, puedo confirmar que en Nicaragua no existe un Estado, sino gobiernos transitorios y personales. Estas actitudes han dañado las dos principales estructuras de la ordenanza social, como lo son el sistema político y el económico.

Como consecuencia de lo anterior, la institucionalidad en el país es incipiente, ninguna institución del Estado tiene mecanismos de regulación del poder que permitan controlar el actuar de los dirigentes políticos. Las instituciones existentes no son más que entidades burocráticas. Por ende se resalta la importancia de la relación entre estas instituciones, las políticas públicas y la participación, ya que las iniciativas y acciones de los actores sociales deben ser canalizadas, tramitadas y reguladas por varias instituciones públicas y privadas.

No existe formalmente un proceso de construcción de un sistema político que propicie la igualdad de oportunidades y exija la participación de hombres y mujeres en el proceso de transformación de las reglas básicas, jerárquicas y prácticas de las instituciones públicas, de esta manera crear una verdadera gobernabilidad democrática con equidad social, generacional, política, económica, cultural y de género. Pero esto, vuelvo a reafirmar desde mi percepción, no es que el sistema político actual sea inmaduro, al contrario está consolidado de la forma que debe ser más útil y práctico para los actores actuales. Y es acá donde me surge la disyuntiva si estoy haciendo lo correcto o no; no creo que la aseveración de “yo me sentiría más seguro dándole el voto a un diputado que sé que se ha mantenido firme durante cinco años que dándoselo a una “cara nueva” que no sé con qué plato de baba me va a salir”; haciendo referencia en que es mejor votar por los diputados actuales que han mantenido una posición disque en pro de la defensa de la democracia, que en lo personal les queda grande el sombrero, que votar por nuevas personas.

Treinta años llevamos con los mismos líderes en el poder, unos como oposición otros como gobierno, luego el de gobierno a oposición y viceversa, resultado… seguimos siendo el segundo país más pobre en Latinoamérica, producto de la ineficiencia e ineptitud de los que están ejerciendo la cosa pública mediante la construcción de políticas deficientes, o es que tenemos que bendecir a los magnos padres y madres de la patria por su mediocridad, porque si no han sido capaces de administrar bien este país, pero si lo han hecho bien con sus negocios (porque hay que reconocer que son mujeres y hombres de negocios exitosos); y mediante la acumulación de poder político fortalecen su poder económico… y entonces, debo aceptar “Que tengo que votar por el menos peor, o por el menos mediocre, solo porque ha aparentado luchar a favor de la democracia…”; porque si lucharan a favor de la democracia, hace mucho hubieran logrado deponer sus intereses personales por el colectivo, y si lo que digo es falso, pues entonces el irrespeto a la ley y la reelección de Daniel Ortega es falsa también….. Y esto porque siempre los ratones elegimos a los gatos para gobernarnos, haciendo referencia a la fábula política difundida por Thomas Douglas, prominente activista y político canadiense, la tierra de los ratones (mouseland: http://www.youtube.com/watch?v=UtTW72F8xo0) Además aquí la discusión de los políticos actuales, es quien va a ser diputado y no que agenda va a promover, en términos de los grandes temas que aqueja a Nicaragua como: el seguro social, empleo, educación, juventud, mujeres, etc.

Para ir concluyendo, me hago el último cuestionamiento, ¿Debo darles unos treinta años más de oportunidad a los líderes actuales, para que dejen de ser mediocres y saquen de la miseria a Nicaragua?; la verdad yo paso… así que sigo organizándome y haciendo lo que tenga que hacer para construir una nueva Nicaragua…. Y por ellos sigo demandando “Políticos de Verdad”, que busquen como gobernar el estado de forma eficiente, honesta y transparente en busca del bien colectivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario